//Irgilion
Nombre: Irgilion Amraphen
Cultura/raza: Hombre de Gondor
Profesión: Clérigo (Animista)
Altura: 1,86 m
Peso: 80 Kg.
Pelo/ojos: Castaño/Gris-Verde
Género/edad: Hombre/23
Conducta: Incorruptible, sentido del bien, le desagrada dañar a la humanidad.
Personalidad: Serio, reservado, paciente, leal, tolerante
Motivación: Sanar, proteger y preservar la vida de los Pueblo Libres de la Tierra Media. Aspiro a descubrir los caminos olvidados de la curación en mi linaje, para devolverle a mi descendencia un camino a seguir, algo a que dedicarse, proteger y mantener.
Alineamiento: Neutral Bueno.
Deidad: Estë: La Curadora
Clases: Clérigo (Animista)
Historia:
Introducción:
Desde que nací, me interesé por el conocimiento y el saber del saneamiento del cuerpo y del alma, y siempre observé a mi padre, Galor, en su trabajo. Le ayudaba, le daba los componentes necesarios para hacer sus ungüentos curativos y los productos que él fabricaba. Sí, él era un alquimista consumado. Nada aprendí en ese aspecto, pero lo encontré muy interesante cuando era niño. Quizás deba dedicarme en ese aspecto, para aplicarlo a la curación.
Mi padre siempre quiso que yo fuese un guerrero, un soldado de Gondor, orgullo de todas las familias. Pero a mi me gustaba quedarme con él. De modo que mi vida se dividió en dos; mi vida guerrera; mi vida sanadora
Quizás por el entrenamiento que recibí de pequeño crecí fuerte y robusto. Aprendí a utilizar el arma de la familia, un gran martillo, que se utilizaba con las dos manos debido a su peso. Poseía un largo mango de metal, y la cabeza del martillo era por las dos caras y cuadrado. El martillo recibía el nombre de Námo Nim.
Mi padre era sabio, y aprendí mucho de él. Conocía muy bien la situación de Gondor, y no se le escapaba nada.
Entonces mi madre murió. Yo tenía 16 años. Nunca me olvidaré de su sonrisa cuando la hacia reír, ni de sus regaños cuando se enfadaba conmigo, fue justa conmigo y siempre me protegió. No lloré, sin embargo, cambié, me transforme en un hombre reservado y serio, de pocas palabras, y quizás con una mirada mas profunda.
Los siguientes años, mi padre se fue a la guerra, trabajaba en los campamentos de guerra, donde se ocupaba de los heridos con primeros auxilios, mas tarde llegué a la conclusión que también lo hacia para olvidarse de la muerte mi madre y no hundirse en el pasado, por lo que se iba la guerra, se sentía útil y así no se entristecía. Yo por otro lado, empecé a trabajar como aprendiz en las casas de curación, me enseñaban la utilidad de las plantas y sus aplicaciones, conocimiento y más conocimiento, y pocas veces lo llevé a la práctica.
Mucho ha sufrido mi pueblo y sin embargo nada hemos podido hacer. Los jóvenes mueren bajo el filo de la espada y los viejos se les consumen las almas.
Hubo en un tiempo en que nuestros conocimientos en la curación eran muy amplios, sin embargo, también mucho se ha olvidado y perdido.
Soy el último de una estirpe de sanadores. Mi padre ha muerto en la guerra y poco pudo confiarme y desvelarme de los secretos de la curación, la protección o el restablecimiento. Soy huérfano, mi madre murió unos años atrás. Nada me ha quedado en el Sur, y con pena, marcho.
Marcho de Minas Tirith para que Estë me guíe en mi camino del conocimiento y la curación. Al norte, marcho.
Características:
Fue: 13 + 1 (Hombre de Gondor) = 14
Des: 10
Con: 14
Int: 9 + 1 (Hombre de Gondor) = 10
Sab: 16
Car: 14