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 Valaquenta

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Ulmo, Señor de las Aguas
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Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 30/09/2008

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MensajeTema: Valaquenta   Valaquenta Icon_minitimeMar Sep 30, 2008 10:13 pm

Al conjunto de escritos que recogen el saber acerca de la historia de los Valar se le denomina “Valaquenta”.

Por encima de todos los dioses y seres creados está Eru, el Único, llamado también Ilúvatar (Padre de Todos) por el pueblo elfo. De él provienen los Ainur, espíritus poderosos que no fueron “creados” en el sentido habitual de la palabra, sino que nacieron del pensamiento de Eru, son parte de él, como si se tratase de ciertos rasgos o atributos esenciales del Único que existen personificados e independientes, pero a la vez sumidos en él.

Los Ainur más poderosos son aquellos a los que los elfos conocen como Valar (Valier en femenino plural). Los Valar son siete y siete son sus reinas Valier, por orden de importancia a ellos se les conoce como: Manwë, Ulmo, Aulë, Oromë, Mandos, Lórien y Tulkas. Los nombres de las reinas son: Varda, Yavanna, Nienna, Estë, Vairë, Vána y Nessa. En un principio, también Melkor se contaba entre los Valar y, de hecho, era el más poderosos de todos ellos, pero como se apartó de Eru uniéndose a la oscuridad, su nombre ya no se pronuncia en la Tierra, a cambio se le sueñe llamar Morgoth, el Enemigo Oscuro.

Según el Silmarillion, Manwë y Melkor eran como hermanos en el pensamiento de Ilúvatar, aunque Melkor tenía mayor poder y Manwë era el más cercano al corazón del Único.
Manwë fue designado para ser el señor del reino de Arda (la Tierra creada) y también se le conoce como Súlimo, Señor del Aliento de Arda, pues ama todas las regiones del aire, el viento, las nubes… desde los confines superiores del Velo de Arda hasta las brisas que soplan en la hierba. Por ser señor de las regiones aéreas, lo es también de todas las aves, que obedecen su voluntad. Famosas son las trompetas de Manwë cuya voz clara y potente se oye desde más allá de los mares.

De entre todas las Valier, la más poderosa y venerada es Varda, llamada también Elbereth por lo Elfos, y quizás también aún más conocida y amada a lo largo de la historia de los pueblos que el propio Manwë. La belleza de Varda, según se cuenta, es innombrable, pues en su rostro guarda la luz de Ilúvatar y en esa luz se encuentra la alegría y el poder de Arda. Varda conoce todas las regiones de Eä (Eä, en élfico, significa Es o Sea, la palabra pronunciada por Eru en la hora de la creación y que, desde entonces, se emplea para referirse a todo el mundo material creado). Rechazó a Melkor desde que conoció sus intenciones en los tiempos de la Música de los Ainur y le odió, por ello Melkor la odia y teme más que a ningún otro de los Valar. Manwë y Varda siempre habitan juntos y rara vez se separan, sus palacios se alzan sobre las nieves eternas en Oiolossë, la torre más alta de Taniquetil, la montaña más elevada de la Tierra y todo lo ven desde allí y todo lo oyen. Los Elfos reverencian a Elbereth más que a ningún otro Valar y la aclaman cuando aparecen las estrellas en el cielo.

El siguiente de los Valar en poder es Ulmo, Señor de las Aguas, que vive sólo y no habita mucho tiempo en ninguna parte, sino que recorre las aguas profundas alrededor de la Tierra o bajo ella incansablemente. En el principio de los tiempos fue el mejor amigo de Manwë y continua siendo muy cercano a él aunque ya no lo visite tanto, pues Ulmo rara vez se presenta en las reuniones de los Valar a no ser que sean de extrema importancia. Ama por igual a Hombres y Elfos y ha permanecido a su lado incluso cuando los demás Valar se irritaban contra ellos. Sin embargo, a muchos de sus protegidos les resulta temible su presencia, pues al Rey del Mar se le puede ver en la forma de una ola gigantesca acechando la orilla y su voz es tan profunda como los desconocidos abismos del océano. Quien escucha la música que el propio Ulmo crea con los grandes cuernos, los Ulumúri, de conchas blancas labradas, siente para siempre la nostalgia del mar en su corazón. Todas las aguas de la Tierra, los mares, los ríos y riachuelos, los lagos, las aguas subterráneas… todas ellas van a Ulmo, desde las tierras de los Elfos y los Hombres, a relatarle las penas y los dolores de los hijos de Arda que, de otro modo, quedarían ocultas para los Valar.

Cercano en poder a Ulmo, el siguiente de los Valar es Aulë, que domina todas las cosas de las que está hecha Arda. Él fue quien dio forma a las tierras y es herrero y maestro de todos los oficios que requieren habilidades manuales, tanto de las grandiosas construcciones como de las más sutiles, incluso las inmensas montañas de roca y hierro llevan la huella de sus manos, así como las profundas cavidades que contienen el Mar. Suyas son todas las gemas que yacen bajo la Tierra y el oro y cualquier metal precioso o no, y suyo es el arte de manipularlos. Fueron los Noldor quienes más aprendieron de Aulë, por eso suelen ser tan magníficos orfebres y el maestro siempre fue amigo de ellos. Sin embargo, otro motivo más importante le une a otro pueblo, el de los Enanos, pues fue el propio Aulë quien les creó…pero ésta es una leyenda que muy pocos conocen y que se tratará en un libro a ello dedicado. Es importante decir también que Aulë trabajó mucho en compañía de Manwë y Ulmo y que Melkor estaba siempre celoso de él, pues era quien más se le parecía en pensamiento y poderes, aunque Aulë nunca se separó del pensamiento de Eru, como hizo Melkor y por eso éste siempre estropeaba todas las magníficas obras que Aulë hacía.

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MensajeTema: Re: Valaquenta   Valaquenta Icon_minitimeMar Sep 30, 2008 10:13 pm

La esposa de Aulë es Yavanna, la Dadora de Frutos, amante de todas las cosas que crecen en la tierra y, por ello, fue llamada Kementári, Reina de la Tierra, en la lengua Eldarin y, después de Varda, es la más venerada por todos. Conoce y ama todas las formas vivientes, desde los antiguos árboles inmensos hasta los brotes de musgo que crecen en los más recónditos lugares. En forma de mujer suele aparecer alta y vestida de verde, aunque puede asumir cualquier otra forma y algunos la han visto como un gran árbol bajo el cielo coronada por el sol, sus raíces llegan hasta las aguas de Ulmo y los vientos de Manwë hablan en sus hojas.

Los Fëanturi, Amos de los Espíritus, son hermanos y a menudo se les conoce como Mandos y Lórien, pero no son éstos sus verdaderos nombres, sino los de los lugares que habitan, ya que en verdad ellos se llaman Námo e Irmo. Námo, el mayor de los dos, habita en Mandos, al oeste de Valinor, es el guardián de las Casas de los Muertos y convoca a los espíritus de quienes tuvieron una muerte violenta. Las estancias de Mandos son famosas, él es el Juez de los valar, pero enjuicia sólo por orden de Manwë y conoce además todas las cosas que serán, excepto aquellas que dependen de la libertad de Ilúvatar, y no olvida nada. También se le llama Nurufantur.

Vairë, la Tejedora, es la esposa de Namo y teje todas las cosas que han sido alguna vez en el Tiempo dando forma a la Historia. Las estancias de Mandos, que aumentan de tamaño a medida que transcurren las edades, se adornan con sus tejidos.

Irmo es el menor de los hermanos Fëanturi, el Señor de las visiones y los sueños, habita en Lórien, en la región de los Valar, el lugar más hermoso que jamás existió sobre la Tierra, donde moran muchos espíritus. Se le conoce también como Olofantur.

Estë, la Gentil, sanadora de heridas y fatigas es la esposa de Irmo. Cuenta la leyenda que Gris es su vestido y reposo su don, en busca del cual acuden a menudo los propios Valar, encontrando en los jardines de Lórien y las fuentes de Irmo y Estë que calman la sed de todos, el alivio de la carga de Arda. Estë no camina de día, sino que duerme en una isla del lago de Lórellin, sombreado de árboles.

Nienna, hermana de los Fëanturi, es más poderosa que Estë y vive sola. Está familiarizada con el dolor y llora todas las heridas que ha sufrido Arda por obra de Melkor. Su llanto no es egoísta, no llora por sí misma, sino por las desgracias ajenas y quienes la escuchan a prenden a tener piedad y esperanza. Cuenta que su pena por el dolor de Arda era tan grande ya al principio de los tiempos que en la Gran Música que los Ainur cantaron para Ilúvatar, sus cantos se transformaron en lamentos antes del fin entrelazándose con las historia del Mundo antes de que éste comenzase a existir. Los palacios de Nienna se alzan al oeste del Oeste en los límites del Mundo y las ventanas de su casa miran hacia fuera desde los muros de la Tierra. Suele visitar los palacios de Mandos que están cerca de los suyos y allí da consuelo a todos los que por ella claman, fortalece sus espíritus y transforma su dolor en sabiduría. Uno de los más grandes sabios que existieron sobre la Tierra Media. El maia Olórin (Gandalf), sabio entre los sabios de su estirpe, la visitaba con frecuencia en el tiempo que habitó en Valinor y aprendió de ella la piedad y la paciencia.

El más grande en fuerza y proezas es Tulkas, a quien llaman también Astaldo el Valiente, pues ama la lucha y los torneos de fuerza y es más veloz que todas las criaturas que andan de pie, nunca conoció la fatiga y sus armas son las manos. Nunca fue un buen consejero pues no atiende al pasado ni al futuro, pero quienquiera que le conozca confiará siempre en él como el amigo más intrépido y valeroso. Tulkas ríe siempre y llegó incluso a reírse en la cara del propio Melkor en las guerras de antes que los Elfos nacieran. En forma de hombre, tiene el pelo y la barba dorados y la piel rojiza.

La esposa de Tulkas es Nessa, hermana de Örome, la siempre ágil y ligera, más rápida que todos los ciervos a los que ella ama y que le siguen a todas partes, más veloz que una flecha con el viento en sus cabellos. Adora la danza y baila siempre en los verdes prados de Valinor.

Oromë es un señor poderoso y terrible en la cólera, cazador de monstruos y bestias feroces y amante de los caballos y perros y también de los árboles, por lo que se le conoce con el nombre de Aldarion y los Sindar lo llaman Tauron, Señor de los Bosques. Su caballo, blanco al sol y de plata en la noche, se llama Nahar. Siempre lleva consigo el gran cuerno Valaróma, cuyo sonido dicen que es como el ascenso del sol envuelto en una luz escarlata o el potente rayo que atraviesa las nubes. Valaróma fue famoso en las batallas y se oyó sobre todos los demás que alguna vez sonaron, especialmente en los bosques de Valinor que Yavanna hizo crecer, donde Oromë entrenaba a su ejército para la lucha contra Melkor. De todas las virtudes que puedan decirse de Oromë, no es la menor de ellas su profundo amor por la Tierra Media.

Vána, la Siempre Joven, es la hermana menor de Yavanna y esposa de Oromë. A su paso brotan las flores y se abren cuando ella las mira y los pájaros trinan siempre que la oyen llegar.


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