Otoño solitario

Poco a poco los cálidos días comienzan a enfriarse, las hojas de los árboles se van volviendo amarillentas y algunas van cayendo mecidas por el viento. El verano va tocando a su fin y el otoño acude a reclamar su lugar. Cada vez hay menos horas de luz

Sentado en su silla de escritorio Nadril contempla el atardecer a lo largo del Valle de Imladris con un gesto de tristeza en su rostro. Hace mucho que no sucede nada, ninguna noticia, ninguna visita...nada. Ha estado tan centrado en sus libros que apenas se ha percatado del paso del tiempo, hasta ahora. En esta sombría tarde cae en la cuenta de la monotonía de sus días.

Demasiado tiempo ha pasado sin saber del paradero de Tyrael, el druida cascarrabias tan querido para él, su gran ayuda en los primeros meses en el valle y todo lo que ha hecho por él nunca caerá en el olvido. Seguramente andará en lo más profundo del bosque cuidando de su bienestar y asegurándose de que los furtivos no hagan de las suyas.

Arold hace tiempo que partió y no ha vuelto a saber nada de su compañero de aventuras. De grunfoold poco sabe, salvo que volvió al reino de Erebor junto con Balin y Zhôran. Los montaraces Mara y Edrahil no han vuelto a ser vistos, ni siquiera por los suyos, lo que no hace presagiar nada bueno. Hurmeg sigue al servicio de Gondor, aunque nada ha vuelto a saber de su gran amigo y Dülin anda desaparecido por las sombras en las que tan bien se desenvuelve.

La Esencia que ha custodiado desde hace tanto tiempo poco a poco a ido perdiendo su brillo hasta casi apagarse. Contemplándola ahora no parece poco más que un frasco de líquido con alguna substancia que la aclara. Su origen sigue siendo un misterio aunque las aventuras vividas gracias a ella suponen un grato recuerdo que, sin embargo, hacen que el presente sea más amargo y solitario si cabe.

En la soledad del cuarto que ha supuesto su hogar los últimos meses una duda existencial comienza a fraguarse en su cabeza. Sin noticias de Eleral ni de sus amigos la mochila, siempre a punto para salir corriendo ante cualquier eventualidad, empieza a ser contemplada con otra finalidad. Mientras la esperanza se desvanece la llamada aumenta ¿será este el momento de emprender El Viaje? ¿todas estas eventualidades no son, si no, la señal para partir y tomar el barco hacia Valinor? Los lazos que le retienen aquí se desvanecen... y sin embargo...algo aún lo retiene.

Nadril sacude la cabeza ¿qué manera de pensar es esa? se pregunta. Airado menea la cabeza mientras se levanta para refrescarse con el aire de la noche. Poco a poco el sofocón va pasando...aunque la duda permanece

//ea, de vosotros depende....APARECEEEEED