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 Huyendo de las sombras (por Grundfoold Crestanevada)

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Ulmo, Señor de las Aguas
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Mensajes : 145
Fecha de inscripción : 30/09/2008

Huyendo de las sombras (por Grundfoold Crestanevada) Empty
MensajeTema: Huyendo de las sombras (por Grundfoold Crestanevada)   Huyendo de las sombras (por Grundfoold Crestanevada) Icon_minitimeMar Sep 30, 2008 11:46 pm

El ruido escapaba de la posada cada vez que la puerta se abría para que algún tipo fuera sacado a patadas por el enorme humano que la guardaba, podía llegar a los dos metros, dos metros de carne rosada cubierta de tatuajes y cicatrices, en cualquier otro lugar podía haber pasado por un guerrero, en la puerta de la “Estela de barro” no era mas que
un vulgar matón.

La vieja túnica que cubría el cuerpo abotargado del enano hace tiempo que ha perdido el color y ahora era el hogar de pulgas y chinches, la mayoría morían al beber la sangre cargada de alcohol de Grunfoold. El aire viciado le golpeo la nariz chata cuando entro por la puerta, la cresta caída formaba un ridículo bulto bajo la capucha roja, aun así nadie se le presto atención, pues todo el que se atrevía a pasar la noche en la Estela de Barro tenia algo que ocultar y no siempre era una buena idea sacarlo a relucir. El tipo famélico y picado de viruelas de la barra parecía ser “Barro”, cuatro cabellos caían como gusanos húmedos sobre su rostro, unos ojos pequeños y hundidos miraban nerviosos a todas partes y la nariz mas torcida que Grunfoold había visto en su vida hacia que la voz del posadero sonara como la de un ratón asustado.

- Llénala - dijo el enano poniendo la enorme jarra tallada sobre la barra
- Claaro..y quiere el marques que le frota el trasero también? Aquí se bebe en mis jarras extranjero!- arranco de las manos de un borracho dormido una jarra a medio acabar y la relleno de cerveza aguada, el liquido salpico el rostro del enano cuando se la puso en frente- dos de cobre, enano

El enano, miro al su alrededor, al lugar en el que iba a pasar la noche, hacia días que huía de sombras que desconocía y apenas había comido en una semana, instintivamente llevó la mano a el frasco entre los pliegues de la túnica, junto al hacha que ocultaba. El cristal parecía latir y le despejó la mente nublada por el humo y el ruido. Nunca golpees al tipo que va a preparar tu comida, pensó.

- Aquí las tienes…quierro también una habitación en la planta baja y algo de comerr- apuró la jarra ante la sonrisa del posadero- ah..si vuelves a hablarme así- el ojo azul brillo bajo la capucha- te matarré- la sonrisa desapareció del rostro picado de viruelas.

Las dos figuras llegaron pasada la media noche, Grunfoold los observó desde el oscuro rincón, rodeado del humo marrón y dulzón de la última bolsa de tabaco que le quedaba. Portaban dos armaduras negras sin emblema ni blasón, no se molestaban en ocultar las espadas ni el rostro, oscuro el de uno, pálido como la luna llena el de el otro. Por como caminaba el moreno parecía obvio que ocultaba algo entre las grebas, era diestro…pero parecía poder blandir la espada con la izquierda y aun poder cortarte en dos. El segundo en cambio, parecía moverse con cierta gracia, sus gestos eran mas los de un noble que los de un simple soldado, el cabello lechoso le cubría los hombros metálicos como un manto de seda, al enano casi le recordaba a los elfos de la casa de Elrond, excepto por su mirada…dos ojos rojos como gotas de sangre examinaban el salón buscando algo, y fueron a posarse precisamente sobre Grunfoold. Las miradas de ambos siguieron acosándole mientras comía entre el gentío, y aun después de que la mayoría se hubiera marchado. Las puertas de la posada estaban cerradas y el enorme matón de la entrada se estaba encargando de atrancar todas las ventanas. Cuando la hierva se acabó por fin, en el enano se levantó pesadamente y se dirigió hasta la húmeda habitación, seguido por aquellos ojos rojos.


Sin duda había dormido en sitios mucho peores y las ratas que caminaban sobre el colchón de paja no le quitaban el sueño, se retiró el parche del ojo y la cuenca rosada y vacía se lleno de aire viciado, y así, con un ojo abierto, se quedo dormido.


Ya había oído los pasos torpemente amortiguados por el pasillo, y había escuchado perfectamente a la figura cuando hizo girar la llave en la cerradura de su puerta. Reconoció el sonido de la hoja al salir de la vaina y una sonrisa se le dibujó en el rostro. La sombra se lanzó sobre el colchón y acuchilló el cuerpo del enano, ni siquiera había descubierto aun que se trataba de una almohada cuando el hacha le lamió las costillas, abriéndose paso entre los pulmones y apagando el grito ahogado del matón que horas antes cuidaba de la puerta principal. La sonrisa del enano desapareció de su rostro cuando vió el arma que empuñaba aquel tipo, el acero oscuro de morghul parecía latir cuando la sangre del que lo empuñaba le bañaba lentamente, ya sabemos que ocultaba el moreno en la rodilla. Sin duda la pareja no tardarían en subir y él se encontraba en desventaja, una vez mas se veía obligado a huir. Aferró el frasco de cristal contra su pecho mientras salía por la ventana de la habitación, y una vez mas sus latidos consiguieron calmar la rabia del enano.

Un año después:

El viento frío de las nubladas le lleno los pulmones de vigor, aquel rastro de sangre de bestias y asaltantes que había ido dejando por el desfiladero había conseguido fatigarle, llevaba demasiado tiempo sin regar aquellas montañas, sin bañar de sangre el cuerno rojo, podía sentirla atravesar la nieve bajo sus pies, escuchaba como se abría paso lentamente en la roca para humedecer finalmente los techos que los enanos habían construido. Todo esto y mas le confiaba la montaña a su hijo, le había llamado en sueños y su grito fue escuchado, le había subido en ellos a su cumbre mas alta y allí arriba le había mostrado su lamento, y su dolor fue compartido, juntos habían aullado, enano y cima a las tristes figuras que manchaban su falda blanca. Y en la cima del Zirak-Zigil, el enano le mostró a la madre el tesoro que había protegido durando todo aquel tiempo, iluminando la cima del mundo con su fuego sagrado .

Si, había acudido a su llamada, ahora que la sombra lo cubre todo, y huir no sirve de nada

PD: Bueno, esto es lo que ha estado haciendo Grun este tiempo, proteger la esencia y a través de ella forjar cada vez mas los lazos que le unen a Aule

Un saludo!
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